6 dic 2014

Luego de escuchar la reflexión de “Pagando el Precio” impartida por nuestro director Josué Valdizón, me sentí animado de escribir algunos puntos importantes que debemos reconocer en un ministerio de alabanza. Por favor sientanse libres de aportar sus opiniones en la parte de comentarios.
Cada ministerio de alabanza es único
He escuchado comentarios de que cuando vamos a ministrar a otras iglesias, nos quedamos impactados y con sabor de boca de que su ministerio de alabanza tienen mejores instrumentos, mejor equipo de sonido, etc. Debemos estar concientes que cada ministerio de alabanza es diferente y único. Una iglesia fuerte económicamente hablando, puede darse lujos que otra más modesta no podría y esto ciertamente afecta el estilo y la calidad de la alabanza, más no debería afectar la manera en como adoramos a Dios y ministramos a la congregación. Así que no pierdas el tiempo en compararte con otros ministerios, y mejor enfócate en como puedes dar lo mejor de tí, con lo que Dios ha provisto en la iglesia en la que estamos. Dios nos irá bendiciendo con mejor sonido e instrumentos conforme a su tiempo, y se que así será!  ya estamos viendo los frutos sigamos aportando.
Ministros de buen testimónio.
Acá voy a tocar un poco el tema del testimónio del ministro. Recordemos que somos practicamente como productos premium en vitrína para la congregación y nadie dará un centavo por nosotros si tenemos actitudes incorrectas dentro y/o fuera de la iglesia (testimónio). Esto afecta en gran manera la ministración porque nadie quiere ver a un hipócrita tocando un instrumento o cantando al Señor. Aclaro que no hablo por nadie en específico, pero creo que debemos tener cuidado en esto, oremos para que Dios nos perfeccione cada día, y busquemos la presencia de Dios en cada oportunidad que tengamos. No solo adoremos a Dios con alabanzas en el púlpito, sino tambien en medio de la congregación, en tu casa, en tu carro o en el bus, en tu trabajo, en tu escuela o universidad, etc. recuerda que no es tanto lo que la gente diga, sino que es lo que Dios piensa de tí. Cuida tu testimonio y seamos prudentes.
Un llamado a la excelencia.
El ministro debe tener un espíritu de excelencia, creo que aquellos que hacen algo para el Señor deben querer y buscar continuamente ser excelentes, ya que lo hacen para Dios. Creo que cuando se dice: “no importa si no sabes cantar. Hazlo como sea, ya que es para el Señor” es un error. Creo que al pensar de esta manera es una aptitud un tanto irresponsable, ya que es el hecho mismo de que lo que se hará es para el Señor, que debe tratar de ensayarse, practicarse y si es posible perfeccionarse lo más posible. La excelencia requiere sacrificio, y esto tiene que ver con pagar el precio. Hay tres puntos bíblicos que debemos tener en cuenta:
Dios habita en medio de nuestras alabanzas. (Salmos 22:3)
Las alabanzas son un sacrificio que hacemos para Dios (Salmos 50:23, 50:14 y 116:17).
Dios no se conformó en el pasado con sacrificios mediocres, y no tiene porqué conformarse con ellos hoy.
Te ínsto a que reflexiones en las citas bíblicas anteriores, pero quiero profundizar en el tercer punto,  respecto a los sacrificios mediócres. Encontré una porción bíblica muy interesante que está en Malaquías 1:11-14 y dice así:
“11 Porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande mi nombre entre las gentes; y en todo lugar se ofrece á mi nombre perfume, y presente limpio: porque grande es mi nombre entre las gentes, dice Jehová de los ejércitos. 12 Y vosotros lo habéis profanado cuando decís: Inmunda es la mesa de Jehová; y cuando hablan que su alimento es despreciable. 13 Habéis además dicho: ¡Oh qué trabajo! y lo desechasteis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo hurtado, ó cojo, ó enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Seráme acepto eso de vuesta mano? dice Jehová. 14 Maldito el engañoso, que tiene macho en su rebaño, y promete, y sacrifica lo dañado á Jehová: porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los ejércitos, y mi nombre es formidable entre las gentes.”
Retomando el versiculo 13, tiene que ver con los sacrifícios mediocres, Para Dios, ¡La mediocridad no es suficiente!, por lo que debemos de dar lo mejor de nosotros y debemos hacer conciencia y reconocer si lo que le damos al Señor es lo mejor. Acá hago un llamado a los directores para que retomemos el tema de la escuela de alabanza ministerial. Esto fué en su momento un paso muy importante para invertir en la excelencia de los músicos y cantores, creo que es un deber de la iglesia en buena medida, proporcionar el conocimiento teórico-práctico de la música, a fin de lograr excelencia musical, no dejando de lado la parte ministerial y espiritual. Solo de está manera alcanzaremos la visión de un Ministerio Integral.
El ministro debe ser un adorador y dirigir a la adoración.
Hay tanto por hablar de la adoración, recomiendo que busquen y lean un libro que se llama: “Generación de Adoradores” Escrito por Lucas Leys, Danilo Montero y Emanuel Espinoza, pero básicamente, el ministro de alabanza obligadamente debe tener un corazón de adorador, y dirigir a la congregación a la adoración, (Isaías 62:10, Juan 4:20-24), así que sobre todas las cosas, debemos ser ministros con corazón de adorador. Las personas deben reconocer que hay algo diferente en ti y que ellos deben ser retados a tener una relación más profunda con el Señor inspirados en lo que ven en ti. Si tú, como ministro de alabanza, verdaderamente sientes el llamado de Dios a dirigir su pueblo a la adoración genuina, la unción del Espíritu Santo estará a tu disposición. Debes desarrollar un estilo de vida llena de adoración y alabanza a Dios para que así ayudes a otros hacer lo mismo.
Reflexión
Por el momento es todo lo que quería decirles, en general creo que vamos por buen camino, les animo a que no se desanimen, y a que sean perseverantes en este ministerio donde por misericordia servimos, el ministerio de alabanza es un compromiso, y mas que eso debe ser tu estilo de vida, tu orgullo, porque lo hacemos para Dios y debemos de dar lo mejor con lo que tenemos, y no caer en la mediocridad. Oremos por nuestros lideres para que Dios les ilumine y les provea de las herramientas necesarias para que este ministerio crezca, no numericamente, sino en excelencia y calidad espiritual. Sobre todo seamos responsables y cooperemos con nuestros lideres, porque recuerda que no lo hacemos para ellos, sino para Dios. Dios les bendiga.

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